El 85,1% del negocio de Iberdrola en los últimos siete años, tanto fuera como dentro de nuestro país, se centró en tecnologías convencionales o contaminantes. La principal producción de Iberdrola se basó en centrales térmicas de gas de ciclo combinado (40,34%) y nuclear (19,23%).
Aunque Iberdrola hable de energía verde lo que quiere es mantener su negocio de energías sucias.